SEAT 600



SEAT 600



En Argentina se conoció como FIAT 600. 

Fue mi primer y único automóvil.

Gris perla. 

Flojo de papeles.


Nunca me empeñé en aprender a conducir, 

ahora me arrepiento, obvio.

Los de mi generación, muchos ya abuelos, 

empezaron su vida motorizada con este coche.



Hastiada de la poesía culta y abstracta 

de los gorilas y malvados capitalistas,

decidí que era mejor defender a los pobres 

viajando en colectivo

que conquistarles el corazón con libros de 

malos poemas 

sobre sus manteles de hule,

sifones de vidrio

y la falsa esperanza de un futuro más justo.


Los voceros de la poesía social de la liberación 

hoy son funcionarios.

Conducen autos alemanes,

tienen despachos en las principales ciudades 

del planeta,

vuelan en primera,

cobran sus premios en monedas fuertes, 

y siguen escribiendo desde el iPhone,

y laptops con señales que llegan a la luna,

que el comunismo es el único modo

de salvarte.


Tenían toda la razón de mundo.

En mi próxima vida seré una poeta de la experiencia.

Hay muertos demasiados

 

Hay muertos demasiados

 

Para Lisi Prada

 

 

 

Hay muertos demasiados 

que turban el silencio 

con su llanto.


Madrugadas que están 

sus vísceras expuestas 

en la feria.


Bucean 

fantasmagóricas almas

dando cuerda a relojes digitales.

 

Del árbol del profeta 

caen las hojas

en las fosas comunes 

del erario.

 

El camino de vuelta

no es camino de siembra, 

es recogida.

 

          La vida parecía tan real como un cuento.



Oda al sánguche de salame y queso

Oda al sánguche de salame y queso

 




Dulce sánguche

de salame y queso. 

Con qué satisfacción sublimas

nuestra hambre.

Los caldillos de congrio 

te envidian.

El sushi, el canapé,

la bagnacauda,

te coronan de Rey.

Eres

Hombre y Mujer en tu fina textura:

el queso, el salame,

el pan /la Pan

que lleva en su vientre 

ejércitos de miga 

desafiando

lingüísticas ancestrales.


Descuellas 

con esa carne 

picada

entre las grasas, 

en el culto

de lo lácteo amaestrado, 

que se entrega

al ayuno

y al espasmo 

de ubres ordeñadas

y trigales

que dan austeramente 

el grano y el trabajo 

del olvidado campo

en las ciudades.


Desde una cesta humeante 

y sencillita

aromas la verdad 

de tus entrañas.


¡Oh sánguche, 

rendido y casquivano, 

de Eros descendiente! 

Con las afrodisíacas 

ptialinas

de la retaguardia

esperas detonar en la lujuria

de una noche de sexo y mesa fría,

le calmas el dolor a los enanos, 

no cobras el placer a los gigantes.

Los sentidos

se alteran en tu regazo 

salame, queso, salame. 

Pan con pan.

No requieres artilugios de mayonesa

o mostaza,

ni castañas de Cajú 

ni canela de la India;

solo manos artesanas 

que amasan,

perfilan

y aderezan 

con su frugalidad

el vino de los almacenes.

Índice - De dragones y miserias - tapa del libro

  Índice 7 - Como un prólogo 9 - De dragones y miserias 11- Desertores del sistema 13 - Amantes del absurdo 14 - Desvaríos a la hora del t...